martes, 11 de noviembre de 2014





HURGANDO EN LA VIDA DE VIRGINIA ELENA ORTEA.

Por Aida Almánzar González
(Aidin)

Desde que comencé a tener uso de razón y residía en mi ciudad natal Salcedo, he tenido una fuerte inclinación por las bellas artes, con una marcada predilección por la pintura y la literatura; recuerdo que a principio de mi adolescencia, en el tiempo que como estudiante nos encaminaron al estudio de la literatura, admiré el trabajo literario de personas como Salomé Ureña, Alfonsina Storni, Virginia Elena Ortea, Don Pedro Mir, Gustavo Adolfo Bécquer y Pablo Neruda entre otros; ahora que tengo la oportunidad de escribir nuevamente, deseo compartir con ustedes estos apuntes que he realizado sobre quien es considerada como la primera mujer productora de cuentos de la República Dominicana y a quien Dios dotó de grandes cualidades para la actividad literaria; me refiero a Virginia Elena Ortea, quien se ha configurado como la primera escritora dominicana que se aventuró a incursionar en todos los géneros literarios: El narrativo, el lírico y el dramático.

Virginia Elena Ortea nació el 17 de junio del 1866 en Santo Domingo, de padres oriundos de Puerto Plata: Don Francisco Ortea y Emilia Mella. Desde 1879 al 1890 residió en Puerto Rico con su familia, al ser desterrados por razones políticas; siendo muy joven mostró su vocación literaria usando como pseudónimo “Elena Kennedy”; en Puerto Rico escribió algunos poemas basados en la añoración del terruño, la leyenda popular y la amistad. Al regresar a nuestro país se integró al círculo intelectual de Puerto Plata, residiendo en esta ciudad. Es la primera escritora del siglo XIX que fue premiada en un concurso literario, ganando así el primer premio de composición en prosa del certamen literario de la revista Ilustrada, con su composición “En tu Glorieta”, (1899);

Virginia Elena Ortea fue una escritora inteligente y sensible, poseedora de un estilo literario refinado, ella ha regalado a las letras dominicanas una poesía de voz íntima y a la vez suavemente femenina, que nos induce a sentir las palabras que han sido plasmadas en sus poesías por la emoción que crean en nuestro ánimo o por los sentimientos que realmente encierran y no por lo que literalmente significan; sus poesías están repletas de voces quedas, de sentimientos íntimos, y desgarramientos de lo más profundo del alma; su poesía pudo llegar a lugares más altos, pero su muerte a destiempo lo impidió, entre sus poesías figuran: Puerto Plata, Ábreme, A un Poeta, La Vuelta, Rima, Psiquis, entre otros.

En 1889 escribió la zarzuela titulada “Las Feministas”, con música del maestro José María Rodríguez Arresón; esta obra representa el feminismo del siglo XIX y a la vez enfoca las contradicciones del mismo en la sociedad dominicana. En esta zarzuela su autora trata abiertamente el tema de la mujer en la sociedad, siendo algo novedoso, puesto que en esa época los dramas no enfocaban los asuntos de la mujer, ni de características culturales de la época más allá de nuestras fronteras ni mucho menos de las condiciones de vida circundantes. Ortea colaboró con sus escritos en el “Listín Diario” en ‘Letras y Ciencias”; “Páginas”; “La Revista Literaria” y “La Revista Ilustrada”. Entre sus publicaciones figuran: Diálogo Alegórico; Santiago y Puerto Plata (con motivo de la instalación del ferrocarril (1897); Jesús (1900), ¡Dios! (artículo dedicado a don Manuel Cocco) (1901); Crónicas Puertoplateñas (muerte de Jacobo Lora) (1901).

Nuestra escritora creó la novela titulada “Mi Hermana Carolina”(inconclusa), que se cree que fue realizada en el 1896. En ella se advierte el esfuerzo por reescribir la novela sentimental de Latinoamérica, ofreciendo a la vez una nueva perspectiva en relación al rol de la mujer en esa época, entrando en contradicción con la novela “María”, de Jorge Isaacs. 

Además escribió un libro de cuentos titulado “Risas y lágrimas”, que fue publicado en 1901. Es allí donde la escritora recopiló sus mejores escritos publicados en los periódicos y revistas, algunos trabajos inéditos, sus últimos ensayos y la composición “En tu Glorieta”, la cual fue la ganadora del concurso literario anteriormente citado. 

A sus 37 años murió en Puerto Plata el 30 de enero del 1903, pero su estrella sigue brillando con luz propia en el firmamento de las letras dominicanas coronándose así como la reina de la prosa dominicana.


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